Este fin de semana iba en un avión de una de esas líneas de bajo coste que alguna gente tanto odia (a mi me parecen útiles, pero es otro tema…).
El avión iba lleno hasta los topes y para los últimos en embarcar no quedaba espacio dónde poner el equipaje de mano… yo tuve suerte, pero fui el último (o de los últimos). Para los demás, la opción era guardar el equipaje de mano en la bodega y recogerlo en la cinta… como si lo hubiesen facturado.
Alguna gente que llegó después tenía un problema… debía conectar con otro vuelo al aterrizar y no tenía tiempo para pasar por la recogida de equipaje.
Lamentablemente, la reacción de alguno de los afectados no me sorprendió en absoluto:
Si no hay espacio no es mi problema y si el avión no despega, pues no despega.
¿Es eso negociación?
Unos minutos antes, otros pasajeros (conocidos entre si) habían intercambiando sus maletas para que el que tenía un enlace no tuviese problemas y el otro, con más tiempo, simplemente tenía que esperar por su maleta al aterrizar.
¿Cómo de difícil hubiese sido preguntar a algún desconocido si podría hacer el mismo favor?
Y ahora… si aplicamos lo mismo a las empresas… ¿qué tenemos?
Tengo la sensación de que nuestra cultura iguala “negociar bien” con “conseguir todo a cambio de nada”… algo falso y peligroso.
¿Tenéis experiencias similares o yo me rodeo de bichos raros? ¿Pasa lo mismo fuera de España?